lunes, 7 de mayo de 2007

La Democracia Universitaria en jaque

El proceso de renovación de autoridades que está atravesando la UNLP está siendo marcado por anomalías de orden institucional que veíamos muy lejanas en distintas Universidades Nacionales de nuestro país, con epicentro en la Universidad de Buenos Aires, pero a la cual no somos ajenos. El peligro de la fractura institucional esta en pie y es aquí donde creemos fundamental la unión de los demócratas para consolidar el funcionamiento institucional y que ésta encause en los carriles normales que hacen al funcionamiento de nuestra querida Universidad , dejando de lado a facciones minoritarias que intentan arrogarse la representación de los claustros universitarios , algo que dista mucho de la realidad y que además interpretando de manera amplia la anticultura que sigue siendo la intolerancia en sus diversas formas.
Quienes sostienen la acción directa, la agitación permanente, para lograr por la fuerza inmediata lo que la política, siempre lenta, demora en conseguir, son quienes ponen en peligro a la Universidad Pública.
Actitudes autoritarias, inquisitivas, que creíamos desterradas ocupan hoy un lugar fundamental en el escenario de la Universidad, dejando de lado el vivir y el convivir que hacen a la lógica de la comunidad universitaria.
Pero deberíamos primero decidir cuál es el concepto de democracia y representación al cual cada uno de nosotros adhiere. Para nosotros , la democracia es representativa, las personas electas por el voto de sus pares son las que tienen el derecho y el deber de representar a quienes los eligieron y a los que no los eligieron también. Es esencial hacer un paréntesis aquí, nuestro concepto y el concepto formal de la democracia es la democracia representativa , esto significa que la democracia no es plebiscitaria, no es asamblearia. Más allá de la decisión que cada quien tome, es necesario recalcar la importancia de la democracia representativa, no creemos negociable esta cuestión, no aceptamos que el gobierno de la Universidad pueda ser conducido por asambleas desnaturalizando la democracia representativa, es inadmisible que los órganos de gobierno de la misma tengan que ceder ante la extorsión constante de, “si tengo lo que quiero acepto las reglas de juego existentes al momento de la elección, sino, no sólo no las acepto, las combato” , nos parece inadmisible esta manera irresponsable e intolerante de conducirse.
Es fundamental dentro de democracia universitaria la búsqueda de consensos, el consenso se consigue a través del diálogo, del debate, pero jamás se consigue actuando bajo presión, aquí no se estará encontrando una síntesis sino arrancar una definición por vías que distan del consenso y la síntesis lograda por este.
El consenso se busca siempre, pero para estar dentro de la democracia, base principal para la búsqueda de consensos es menester aceptar las reglas que imponen con anterioridad, las instituciones democráticas, para ser claro, si acepto presentarme a elecciones, sé bajo que reglas estoy, y claro que éstas pueden ser modificadas, pero siempre de manera posterior a la culminación del proceso y aceptando lo hasta allí reglado.
La intolerancia dista mucho del ideal democrático, claro que nosotros no creemos ser los dueños de la verdad, pero la vocación de diálogo y aceptación de reglas básicas, el derecho y el deber de la mayoría de gobernar, el derecho y el deber de la minoría a controlar, criticar y llegar al gobierno en el limpio certamen del sufragio, son reglas que la comunidad universitaria debe tomar como propias y aceptar.
Esta idea inquisitiva que poseen, en la cual si no se está en coincidencia con sus planteos uno pasa a ser el enemigo.
La intolerancia absurda, no contribuye en nada a la construcción, sólo abre las puertas a aquellos que están esperando ver las grietas para ir detrás de intereses que nada tienen que ver con el bien común. Está en nosotros abrirle las puertas o actuar en consecuencia con el sistema institucional, que se basa en la búsqueda de consensos y en la democracia representativa, está en nosotros no dejar esas grietas abiertas para que los enemigos de la Universidad Pública penetren en ella con el pretexto de que es un caos.
El peligro radica en dejar a la Universidad, por la irresponsabilidad de unos pocos, en manos de los sectores mas reaccionarios de la sociedad, o bien actuando en base al diálogo y al funcionamiento democrático, encontrar la síntesis de los cambios necesarios, sosteniendo como principios casi dogmáticos para nosotros, la Universidad pública, gratuita, laica y popular.

FRANJA MORADA RENOVACIÓN (DERECHO)

No hay comentarios.:

Publicar un comentario