jueves, 24 de mayo de 2007

La opinión de ADULP sobre la Asamblea Universitaria de la UNLP

Desde ADULP hemos sostenido reiteradamente que la realización de la Asamblea de la UNLP era impostergable, no sólo atendiendo a la necesidad de asegurar la continuidad institucional, sino fundamentalmente porque dicha reunión debía dar inicio a la convocatoria a un proceso orgánico de discusión democrática y estratégica sobre el modelo de Universidad que un país soberano necesita, que finalmente se plasmara en una reforma del Estatuto vigente. Hoy, una vez realizada la Asamblea en condiciones sumamente preocupantes para quienes entendemos que dicho proceso de debate debe avanzar por mejores carriles, reafirmamos nuestra convicción inicial.En medio de numerosas irregularidades y desprolijidades: un imprevisto cambio de lugar de sesión, un injustificado operativo policial, y un secreto escrutinio, el Arquitecto Aspiazu fue reelecto Presidente de la UNLP. Esta situación pone en evidencia la necesidad de discutir en profundidad y modificar sustancialmente los mecanismos de toma de decisiones y las formas de representación en la UNLP. La crisis de los mecanismos establecidos, y la necesidad de someterlos a revisión no puede, por otra parte, ser denunciada apelando a procedimientos que contradicen el espíritu democratizador que debería orientar dichos cambios. Sin embargo, el desenlace que tuvo el largo proceso que condujo a la realización de la Asamblea en estas condiciones no sólo es producto de las deficiencias de los estatutos, ni de las decisiones políticas de quienes privilegiaron y pretendieron imponer al conjunto sus intereses sectoriales. También es responsabilidad de las autoridades que no fueron capaces de asegurar condiciones adecuadas para la reunión y el desarrollo de la Asamblea, el ámbito en el que – pese a sus actuales limitaciones, derivadas de aquellos aspectos del proceso de construcción de la representación que a nuestro entender deben ser modificados – deberíamos proponer, debatir y defender públicamente posiciones argumentadas.Por ello, reafirmamos que tenemos que poner en discusión, ante todo, la forma misma en que se efectúa la elección de autoridades, con la perspectiva de ampliar los márgenes de participación democrática de toda la comunidad universitaria a través de una elección directa y ponderada por claustros. En ese mismo sentido, hay que avanzar hacia la constitución de un claustro único docente, y en el reconocimiento de la ciudadanía para aquellos docentes que, por permanecer involuntariamente en calidad de interinos quedan excluidos de toda forma de representación. Asimismo, debería incorporarse definitivamente a los no docentes al co-gobierno, y es preciso definir de una vez por todas qué forma de representación y participación tendrán los docentes que trabajan en los colegios de la UNLP, sistemáticamente relegados de la vida política de la universidad.En esa misma Asamblea se votó por mayoría un cronograma para garantizar la reforma del Estatuto, y se estableció el 13 de octubre como fecha de convocatoria a una nueva Asamblea. Hasta entonces, se constituirán comisiones en las que tendrán participación los docentes, graduados y estudiantes de todas las Facultades, así como los sindicatos de cada sector. Desde ADULP entendemos que la participación en este proceso es un compromiso que todos los integrantes de la Universidad debemos asumir. Es nuestra responsabilidad generar las mejores condiciones para que este debate aborde y resuelva las cuestiones fundamentales que hacen a al sentido y las condiciones en que se desarrolla nuestra tarea en la Universidad, e involucrarnos en una discusión que nos compromete no sólo con la institución de la que formamos parte, sino fundamentalmente de cara a una sociedad que indiscutiblemente requiere y reclama un sistema universitario que de cuenta de las necesidades que deben resolverse con vistas a construir un país justo y soberano.Por ello, hacemos un llamamiento a todos los sectores involucrados, para que – asumiendo con responsabilidad y auténtico compromiso el propósito de avanzar en el proceso de democratización de la política en la UNLP – hagamos de la próxima reunión de la Asamblea Universitaria una oportunidad para debatir en profundidad los cambios y las definiciones que exige, en este tiempo, el objetivo imperioso de establecer nuevas bases que otorguen legitimidad social a la actividad que llevamos a cabo en la Universidad pública.

miércoles, 23 de mayo de 2007

Tus comentarios. Tu opinión.




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lunes, 14 de mayo de 2007

Opinión: "Sobre la re-elección del Rector de la UNLP"

Luego de los hechos que terminaron con la postergación de la Asamblea Universitaria de la UNLP, la agrupación AGITE, nos hizo llegar la siguiente nota que publicamos. Tu opinión podés posterla o hacerla llegar a universidata@universidata.com.ar
En el calor de lo que buscamos, teñimos nuestro compromiso con grandes experiencias, y eso que empezó como una idea, se conforma en realidad, nuestra realidad, nuestra victoria.
Los actos llevados adelante el sábado 12 de mayo, son parte de la realidad que venimos construyendo, cada compañero abrazado a otro, cada compañero cantando democratización, es la construcción de nuestros pensamientos, es ladrillo sobre ladrillo en un momento que es único, es el momento que anticipamos, es el debate que abrimos hace años y no se nos escuchó, por el contrario, continuamente se nos tapa con discursos en nombre de la democracia, en nombre de la institución, en nombre de libre desarrollo de la institucionalidad académica: a eso nosotros le anteponemos la realidad.
Las instituciones no son personas específicas, las instituciones somos todos, nadie tiene el derecho de adjudicarse la propiedad de la Universidad. Ni la en voz de Aspiazu (rector), ni en la voz de Tauber, ni en las voces de ninguno de los consejeros que quisieron sesionar está el espíritu de la Universidad, el espíritu del debate.
La Universidad agoniza y ellos sólo ansían reelegirse, la Universidad exige cambios y ellos sólo piensan en reelegirse, la Universidad pide democracia verdadera y ellos sólo quieren reelegirse.
En nuestras voces hablan las decisiones de compañeros que en Asambleas y congresos opinan y votan, en nuestro hechos está la dignidad vigente hacia la democracia verdadera, en nuestros actos está la realidad motora de una sociedad que tiene que cambiar, de una Universidad que sin estudiantes no existe, de una Universidad que sino está activa está muerta.
Somos el pensamiento vivo de una política honesta y transparente, somos la esperanza de una universidad que no se negocia, somos el mástil de las banderas revolucionarias de una Universidad que se forja al calor de las luchas, luchas por el conocimiento, luchas obreras, luchas presupuestarias, luchas por una sociedad que queremos y que no está...
Le pedimos a la Universidad el cambio de los estatutos antes de la elección de rector ¿por qué?: porque no confiamos, porque la paciencia tiene un límite, porque en el año 2004, previo a la elección del rector, (en donde el que se postulaba era Dibbern pero se bajó de la elección horas antes porque no ganaba y en eso salió victoriosa Aspiazu, en una elección poco genuina), nos plantearon elegir rector y luego cambiar los estatutos, eso jamás ocurrió y 3 años después decimos basta! Le pedimos nuevas elecciones de decano en las facultades donde se eligieron en forma fraudulenta, como ocurrió con Bono en la nuestra, para que se escuchen nuestros reclamos, para que se elijan frente a todos y no a puertas cerradas.
Les pedimos a las autoridades de la Universidad, que no bastardee la memoria de 30.000 compañeros desaparecidos asesinados, que no ensucien el recuerdo y la lucha de compañeros que peleaban por el Socialismo, por una sociedad y Universidad distinta, las Madres son la lucha del pueblo y no de los gobiernos, por eso les pedimos a las Madres de Plaza de Mayo que replanteen su posición, la franja morada y toda la basura del partido radical son los responsables de que sus hijos, nuestros compañeros de lucha, no tengan la digna justicia de que sus asesinos estén la cárcel, gracias a la ley de obediencia de vida y punto final firmada por Alfonsín.
Y por último, a los que nos tildan de violentos, les pedimos que reflexionen sobre la realidad que nos rodea.
Son los representantes de las instituciones los que matan a un docente, son ellos los que encubren a los secuestradores de López, son ellos los que mandan a reprimir a los estudiantes, como en el 96´ en La Plata, son ellos los que reparten hambre y desempleo, son ellos los que permiten una policía corrupta y un ejército represivo intacto, son ellos los que encubren si falta, sino está, si se fue, son ellos los del gatillo fácil, son ellos los que nos asesinan en el “libre discurso” de una democracia unilateral. ¿Qué es ser violento? ¿Dónde está la violencia? ...
Lo que llevamos adelante el sábado fue hacer un cordón entre cientos de compañeros, exigiendo democracia verdadera, exigiendo que no se nos tome el pelo, exigiendo el cambio de estatuto.
La educación no se negocia, la universidad no se tranza, queremos responsabilidad y participación en el debate político sobre la Universidad que queremos, y no jerarquizar ante todo un proceso burocrático como es la elección de rector.
El que calla otorga y nosotros no pensamos callar.
Invitamos a todos a la lucha, invitamos a la digna participación, invitamos a ser parte...
Agrupación Agite. Conducción del Centro de Estudiantes de Arquitectura y Urbanismo.

jueves, 10 de mayo de 2007

Un Nuevo Desafió Democrático en la Universidad Pública

Como Representantes del Claustro Estudiantil de la comunidad universitaria, encontramos el proceso democrático de renovación de las máximas autoridades de nuestra Universidad como un desafío institucional signado por un alto grado de violencia y alteración de los parámetros de debate e intercambio de ideas que han signado nuestra rica historia como Universidad Nacional.
Este escenario nos exige, como estudiantes y militantes de los valores reformistas, construir, con responsabilidad, una salida democrática, de cara a la próxima Asamblea Universitaria, corolario del recambio de autoridades previstos por el Estatuto Universitario, permitiendo el libre debate de La Asamblea, y la elección del Presidente.
De cara al futuro, la comunidad Universitaria debe tener la madurez necesaria para debatir un proyecto de Universidad, y esto incluye, ineludiblemente, debatir sobre la reforma del Estatuto, Carta Orgánica máxima de La Universidad, pero no como se lo plantea de algunos sectores como un fin en sí mismo, sino como una forma de actualizar una herramienta que se adecue a nuestros tiempos, no sin antes asegurar un marco adecuado, estableciendo reglas claras para un debate que exige, por su magnitud, responder a las preguntas ¿Por que?, ¿Cuándo? y ¿Como? se va a llevar adelante el proceso.
La Reforma del Estatuto, es una instancia en la cual nos debería encontrar al conjunto de la comunidad universitaria unida en cuanto a un procedimiento adecuado que nos permita generar un debate en los tiempos que la problemática exija, debatiendo y participando de un hecho histórico.
Sin embargo, algunos sectores del claustro Estudiantil, emplean este debate con intereses de supuesta democratización, queriendo impedir la realización de La Asamblea Universitaria, y con esto que los diferentes sectores puedan expresarse libremente; entonces nos preguntamos, ¿cual es la democracia que quieren?, olvidan que los estudiantes lograron, mediante la Reforma Universitaria de 1918, un cambio radical en la educación superior, democratizando nuestras universidades al permitir que los estudiantes formemos parte integrante en las decisiones inherentes a su gobierno.
El cúmulo de agrupaciones que conduce la FULP, evalúa la realidad según intereses y conveniencias del momento, lejos de actuar por convicción en la defensa de la educación de nuestro pueblo. Conveniencia demostrada claramente en la Facultad de Bellas Artes, donde la “realidad” que denuncian pareciera no ser la misma, y donde allí la CEPA eligió Decano; como tampoco esa “realidad” golpea a la Facultad de Veterinarias, de Ciencias Económicas, y a la de Agronomía donde la COPA también eligió Decano y donde participa con funcionarios surgidos de sus filas en la gestión de la Facultad. Estos y otros ejemplos, incluyendo algunos hechos de violencia, son muestra de las contradicciones en los conceptos de democracia universitaria, participación, debate y realidad educativa que existen en las agrupaciones Conducción de la F.U.L.P. (CEPA-COPA).
Mientras tanto nuestra educación está en crisis, con el exiguo presupuesto del gobierno nacional que agobia al sistema universitario nacional , con docentes y no docentes precarizados, una situación edilicia de nuestras Facultades precaria, la CONEAU violando la autonomía universitaria, los postgrados pagos, miles de jóvenes que no ingresan a la universidad porque son victimas de un modelo económico de exclusión con la mitad de la población bajo la línea de pobreza, que sigue generando mas allá de los anuncios del gobierno nacional un sistema de concentración económica y crecimiento para unos pocos, o quienes son expulsados por un sistema universitario que no los contiene; y ante esta realidad, y contexto, nos preguntamos:¿Por qué impedir que los estudiantes participemos de la Asamblea para elegir Presidente, representando a miles de compañeros de nuestra Universidad que nos eligieron?¿Porque no ejercer la voluntad inalienable expresada a través del voto estudiantil de definir los destinos de nuestra educación, en cualquier ámbito de participación?¿Por qué no defender las conquistas logradas por el movimiento estudiantil?¿Por qué no defender las instituciones?¿Por qué no transformar esas instituciones, para que estén al servicio del pueblo?
Convencidos de nuestro pensamiento y coherentes con nuestra historia política instamos a la reflexión a la comunidad universitaria, ya que si suponemos que el disenso es inaceptable, se desalienta el dialogo y se desprecia la democracia como instrumento indispensable para la convivencia social y política. Es en esta Universidad Pública, gratuita y co-gobernada donde encontramos un ámbito de debate y discusión. Es así que a lo largo de este tiempo hemos conseguido a través de la participación y protagonismo grandes reivindicaciones estudiantiles, plasmados en: El comedor Universitario, con cuatro sedes, Becas de ayuda económica, Becas de Transporte de trenes y colectivos urbanos, la construcción de nuevos edificios como el de Informática y Periodismo, las nuevas bibliotecas de Arquitectura, y Agronomía-Veterinaria, la reivindicación permanente de los derechos humanos, el diálogo constante con los distintos actores sociales, son algunos de los tantos ejemplos de la última gestión del Presidente de la Universidad Gustavo Azpiazu.

Sobre estos conceptos convocamos a la participación de la Asamblea Universitaria, reafirmando nuestros valores democráticos, en el respeto de las Instituciones, con los derechos y obligaciones que esto implica.


FRANJA MORADA Regional La Plata
10/05/07

Texto de la Medida Cautelar presentada por la FULP

Medida Caultelar presentada por Consejeros Estudiantiles, Docentes y Graduados y la Federación Universitaria de La Plata a la Asesoría Letrada de la Universidad Nacional de La Plata.

Al Presidente de la
Universidad Nacional de La Plata
S / D:

Ref. Solicito suspensión de la Asamblea Universitaria.-

Los que suscribimos el presente, constituyendo domicilio legal en Diagonal 74 Nº 1312, Piso 10, Oficina 107, de la Ciudad de La Plata, tenemos el agrado de dirigirnos a Ud., y por su intermedio a quien corresponda, a efectos de solicitar la suspensión de la Asamblea Universitaria convocada para los días 12, 16 y 19 del corriente mes, hasta tanto no se encuentre normalizada la situación de los consejeros estudiantiles de las Facultades de Cs. Médicas, Ingeniería y Periodismo, como así también, se hayan resuelto los reclamos contra las Resoluciones dictadas por los Consejos Académicos de dichas Facultades, en la que se eligiera y designara como Decano al Dr. Martínez, al Ing. Massa y al Lic. Verano, respectivamente.

I) ANTECEDENTES Y FUNDAMENTO.
Como señalamos y demostramos en la fundamentación de los reclamos que fueron presentados ante los respectivos Consejos Académicos, de lo cual remitimos copia a Ud., los actos administrativos que en oportunidad de las elecciones de Decano se dictaron en las mentadas Facultades se encuentran viciados de nulidad absoluta e insanable, porque fueron sancionados en condiciones irregulares y arbitrarias, mediando mala fe y abuso del derecho en la interpretación de las normas estatutarias que rigen la actividad de esta Universidad como ente público estatal (remitimos a dichos escritos en honor a la brevedad).
En lo que nos concierne aquí recordamos que esta parte ha planteado -en oportunidad de cuestionar los mencionados actos administrativos- que los representantes del claustro estudiantil fueron erróneamente expulsados de sus bancas, de manera que -consecuencia lógica ineludible- deberían poder participar de la citada Asamblea. De realizarse la misma, sin antes resolver favorablemente la situación relativa a los Consejeros Estudiantiles, dejaríamos al más masivo claustro de esta comunidad universitaria debilitado en su representación, y, por lo tanto, el espíritu del Cogobierno, que es principio rector y constitutivo de nuestro estatuto, se vería totalmente avasallado.
Por otro lado, advertimos que existe una situación de gravedad institucional delicada que la actual Presidencia de la Universidad no puede desconocer, ni subestimar. Se ha violado en forma flagrante la Carta Fundamental de nuestra casa de Estudios, como lo es el Estatuto, dejando de lado las normas que sostienen nuestra vida y funcionamiento democrático.
En definitiva, no podemos obviar ni ocultar que existe una relación trascendental entre la resolución de los conflictos acaecidos en las citadas Facultades y la Asamblea Universitaria convocada a los fines de la elección del Rector. En otras palabras, de la resolución de los conflictos apuntados dependerá la composición de la asamblea a realizar, con la importancia que ello tiene por el peso de la elección en juego.
Debemos agregar, por si acaso, que la presencia en el acto asambleario de cada uno de los consejeros estudiantiles privados de sus bancas representa, vale decirlo, no solo la cuestión netamente nominal de un voto en el acto eleccionario, sino -más importante aún- la voz en un acontecimiento de estas características de grandes cantidades de estudiantes, con sus necesidades, inquietudes y reivindicaciones.
II) DERECHO:
La Ley 19549 nacional de procedimiento administrativo modificada por la leyes 21686 y 25344, en su art. 12 in fine, establece que: ...La Administración podrá, de oficio o a pedido de parte y por resolución fundada, suspender la ejecución por razones de interés publico, o para evitar perjuicios graves al interesado, o cuando se alegare fundadamente una nulidad absoluta...
Es clara la norma al dar la facultad a la administración de suspender la ejecución de un acto. Consideramos que la valoración de la situación antes descripta, públicamente conocida por toda la sociedad, ostenta un gran interés público y puede producir un perjuicio grave y difícilmente reparable a todos los claustros.
Resulta sobreabundante reiterar que existen recursos administrativos interpuestos que impugnan la expulsión de los consejeros estudiantiles y la designación de los -Decanos-fraudulentamente electos. La ley nacional y el principio de autocontrol de la Administración determinan la posibilidad de suspender los actos viciados de nulidad manifiesta, máxime cuando existen actos de tal naturaleza con cuestionamientos pendientes de resolución. Este ejercicio de las atribuciones suspensivas de la administración da garantía al Estado de derecho.
A todo evento, y para el caso de no hacerse lugar a lo aquí solicitado, señalamos que la Asamblea Universitaria que se pretende realizar se encontrará también viciada de nulidad absoluta e insanable, por adolecer de vicios en su origen que la tornan inválida e ineficaz para los efectos que procura producir, consistentes en la elección de Rector. Por otra parte, se estaría cometiendo un acto de notable irresponsabilidad y graves consecuencias, al convocar y desarrollar un acto de evidente trascendencia para la vida institucional de la universidad, a sabiendas de la existencia de vicios y defectos que lo invalidan en su propio origen.
III) PETITORIO
Por todo lo precedentemente expuesto, solicitamos se disponga la suspensión de la Asamblea Universitaria convocada para los días 12, 16 y 19 del corriente mes a los fines de la elección del rector, hasta tanto se resuelvan los recursos de revocatoria -y jerárquico en subsidio- impetrados por esta parte.

Proveer de conformidad
Será justicia.-

miércoles, 9 de mayo de 2007

LA ELECCION DEL DECANO: escribe Pablo Reca

Ha culminado recientemente la elección de los decanos en las distintas unidades académicas, dejando expuesto un panorama de anomia, que ha permitido en algunos casos – a través de curiosas interpretaciones reglamentarias –que los nuevos titulares se consagraran en franca tensión con lo previsto por nuestro Estatuto.
El hecho pareciera no generar demasiada sorpresa en una comunidad desguarecida de principios rectores que guíen sus altas y relevantes finalidades.
Pero la irregularidad no se constituye únicamente en el desapego a las pautas previstas, sino que profundiza su significado en el antecedente que genera, es decir, en la regla fáctica que homologa su apariencia de legitimidad.

Lo previsto por nuestro Estatuto
Nuestro Estatuto – inexcusable fuente orgánica-funcional– define claramente el alcance de este acto tan decisivo.
Al respecto determina en su primera parte:
“El Decano de cada Facultad, será elegido por los Consejeros Académicos. Transcurrida una hora a contar de la fijada para la elección, se incorporarán los respectivos suplentes de cada estado – según corresponda a cada lista –para completar el número total de miembros, sin el cual no podrá funcionar el órgano elector”.
Su lectura resulta de una pristinidad tan inconfundible como el calendario que nos rige. El Decano se elije con “quorum perfecto”, para ese momento único, deben estar los doce miembros que integran el Consejo Académico.
Esta exigencia – que a primera vista podría parecer desmedida- tiene dos razones de alta significación.
La reunión constitutiva del Consejo Académico.
En primer lugar, la convocatoria expresa la reunión constitutiva e inaugural del propio cuerpo; la oportunidad en que los consejeros electos se integran en condición de miembros al Consejo Académico.
No es un tema menor, ya que esta instancia materializa la efectiva renovación de los integrantes y la continuidad institucional de las misiones otorgadas al órgano.
Como sabemos, las elecciones de los claustros suelen realizarse con bastante anticipación, en consecuencia, durante varios meses conviven el consejero en ejercicio y el consejero electo; el primero haciendo pleno uso de un mandato adquirido, el otro titular de un mandato condicionado a su plena integración.
Nadie podría esgrimir que la legitimidad descansa en el segundo – sin perjuicio que el resultado electoral constituya una genuina presión – porque su perfeccionamiento se plasma al momento de la incorporación.
La cuestión presenta sutiles aristas; por ejemplo, el cuerpo en su reunión constitutiva podría rechazar la incorporación de un consejero electo porque una causa grave sobreviviniente - ya sea en su origen o en su conocimiento – invalida su condición; o por un motivo vinculado al proceso electoral, dilucidado por la justicia con posterioridad a la elección.
Las hipótesis son varias, pero aquí lo que nos interesa subrayar es que el caracter de miembro es el acto fundamental y habilitante para el ejercicio de todas las atribuciones consecuentes. Una de esas responsabilidades resulta, en el caso que nos ocupa, la elección de Decano.

La elección del Decano
Por lo tanto, no se puede alterar el orden de los factores, bajo riesgo de interpretar confusamente los pasos previstos; debemos tener muy en claro que el Decano elegido es consecuencia de un cuerpo constituido previamente con todos sus miembros.
Así lo dispone nuestro Estatuto, cuando en el Título VI alude a la conformación del Cuerpo Electoral.
Artículo 82: La Universidad integra su cuerpo electoral con docentes, graduados y estudiantes. El personal no-docente participará con el alcance que establece el presente Estatuto.
Artículo 83: Los tres estados participarán en la formación de su gobierno y lo ejercerán por representantes ante la Asamblea Universitaria, Consejo Superior, Consejo Académico, y Directivo, elegidos según se establece en el presente Estatuto.
La aplicación del articulo 99 debe conjugarse con rigor hermenéutico, remitiendo a todos los otros preceptos que guardan relacion con el mismo. Es esta la armonica interpretación que se requiere para su operatividad.
Si el cuerpo electoral no se integra, la Facultad se ubica en un estado de manifiesta gravedad institucional, porque esa situación no presume solamente el rechazo al candidato presentado, sino una declinación del propio mandato.

La citación a la reunión.
Negarse a integrar el cuerpo – cualquiera sean las justificaciones políticas - pone de manifiesto una severa irresponsabilidad, ya que desvirtúa la voluntad electoral que optó por esa representación.
Bastaría señalar que la integración de las listas, su oficialización por la Junta Electoral y la presentación en comicios, constituyen actos firmes de un proceso electoral, que el candidato – tal su condición primigenia – y la expresión política que representa han convalidado.
Pero la declinación de un mandato se tipifica cuando esa voluntad se pone de manifiesto inequivocamente. No puede manipularse esa decisión, y que la misma refleje una expresión compulsiva, condicionada por la falta de seriedad con que se ha realizado esa convocatoria.
Es desde estas imprescindibles formalidades (la convocatoria y la fehaciencia de la notificación al interesado) donde se ponen en juego las responsabilidades que le asisten al consejero convocado.
Constituye una grave irresponsabilidad (aún mayor que la ya comentada) realizar convocatorias sucesivas, en algunos casos apenas separadas por minutos, y pretender que este extraño sistema goze de legalidad.
Una vez más el artículo 99 de nuestro Estatuto no deja lugar a dudas; la convocatoria se realiza a todos los titulares y en ausencia de uno o más de ellos, se procede una hora después, a convocar a los respectivos suplentes; allí, finaliza la primera reunión.
Si fracasara por falta de quorum esta convocatoria, deberá llamarse a una segunda reunión (reiterando el mecanismo aludido) con el tiempo suficiente para garantizar la presencia de todos los claustros.
Si también decayera esta última hipótesis, se habrían consumado dos reuniones y cuatro convocatorias, dejando al borde de la acefalía a la facultad que se encontrara inscripta en esta situación. Así lo establece nuestro Estatuto, los antecedentes y la más elemental sensatez de conducta universitaria.

Los efectos de la cesantía.
En este orden de ideas, resulta inevitable preguntarse qué fin puede buscar una convocatoria que en el mismo día y en infinitos y sucesivos llamados pretende “cesantear” a sus integrantes y habilitar al resto del cuerpo a su ilegítima constitución.
Sencillamente, una maniobra tan preanunciada, que fagocita, como hemos visto, una reacción equivalente a su impulso.
Ahora bien, si la espuria constitución del cuerpo tiene como fundamento la “cesantía” de los consejeros, debemo saber que esta tipificación provoca efectos “in totum”, lo que significa que ese consejero deja de serlo para los tres años de su mandato, y naturalmente para integrar la Asamblea Universitaria.
No puede el derecho aplicarse con vocación coyuntural, pretendiendo que los efectos plenos de un acto de estas características se circunscriba únicamente a la elección del Decano.
Quien no ha integrado el cuerpo en tres reuniones consecutivas queda automáticamente cesante en su función, por imperio del artículo 75 que establece:
“El Consejero que faltare a tres reuniones consecutivas o cinco alternadas, sin causa debidamente justificada, cesará en su cargo, sin necesidad de declaración alguna, debiendo el Decano dar cuenta de la vacante en la próxima sesión”.
Pretender lo contrario, favoreciendo un supuesto “indulto” al cesanteado, pone de manifiesto el “ciclo de la maniobra” y la inocua interpretación que la nutre.
En términos contundentes, si dos, cuatro o séis consejeros son cesanteados, no puede haber Decano, porque esa Unidad Académica no ha conformado su cuerpo electoral y mal puede resolver quien no esta habilitado para ello.

Sobre el quorum.
Por fin, si aceptamos la hipótesis de la “cesantía”, el cuerpo se integraría – como ha ocurrido – con séis, siete u ocho consejeros; que desde una mirada ligera y política, podrían contablizarse como un apoyo suficiente para el candidato presentado.
Es decir, se plantearía un caso de “escenario virtual” que presupondría que los consejeros presentes son los adherentes a la postulación del Decano y suficientes para hacer valer – en condiciones normales- su mayoría.
Pero la lectura institucional no es esa, y las intenciones que animan a los protagonistas no tienen aptitud para construir forzadas analogías. El quorum es el requisito “sine quanon” para formar las mayorías requeridas. Si no hay quorum, no hay funcionamiento y menos mayoría.
Aún más, por vía del absurdo podría darse el caso que siete integrantes se constituyan y bastaría que cuatro votaran al candidato para que se integre la mayoría simple – elección- o lo votaran cinco para definir la mayoría calificada – reelección- y esto claramente burla la letra y espíritu que tutela el Estatuto.

Palabras finales.
En un escenario de anomalía como el que se ha producido en distintas facultades, hubiera correspondido solicitar la intervención, como una manera de valerse de un remedio excepcional para una situación que también lo era.
Con esa medida, se hubieran evitado cesantías y todo tipo de irregularidades, permitiendo un paréntesis para favorecer el diálogo, y asegurar, como lo exige nuestro Estatuto, que la reunión constitutiva del cuerpo cuente con la integración de todos sus miembros.
No debemos olvidar que corrresponde al Decano presidir el Consejo Académico, representar oficialmente a la Facultad en todos sus actos, y dictar las disposiciones sobre el gobierno interior, pedagógico, disciplinario y administrativo de la misma. Semejantes atribuciones, tienen que estar precedidas de una posición que honre y garantice estas finalidades. Como diría Alejandro Korn “la filosofía pierde su dignidad si se convierte en un juego de proposiciones abstractas y sin contenido real”.

Ricardo Pablo Reca
7 de mayo de 2007

lunes, 7 de mayo de 2007

"El debate sobre nuestra universidad es una exigencia de nuestro pueblo, no una vidriera para la referencia política"

La elección de rector no puede resumirse al consignismo al que nos llevan agrupaciones minoritarias de la FULP, en su búsqueda de encontrar aquí una tribuna para su instalación mediática, a riesgo mismo de la propia universidad nacional.

Hemos visto en los últimos días, algunos sectores de la izquierda estudiantil, de la minoría que compone la alianza de la FULP, que con posturas dogmáticas insiste en ver en la UNLP un teatro de operaciones en una realidad muy particular que plantea nuestra universidad, distinta a la que tergiversan en sus comunicados.
La realidad de la UNLP es muy distinta a la de la UBA por ejemplo. Aquí encontramos una posición claramente dialoguista, de una gestión que ha realizado avances significativos en múltiples sentidos, dando respuesta al reclamo estudiantil con voluntad política: la creación de la Facultad de Psicología y Trabajo Social, las cuatro bocas del comedor universitario, los boletos para el transporte en tren y colectivos, la construcción de un nuevo edificio para Periodismo e Informática; la ordenanza que fuerza la prohibición de los cursos restrictivos; son solo algunos de los tantos ejemplos de una gestión dinámica que busca un camino de dialogo y voluntad política. La necesidad planteada desde hace mas de un año por el mismo Azpiazu de reformar el Estatuto, y el llamado que ha hecho para esto a los distintos actores de la vida universitaria, refuerza claramente una realidad distinta de nuestra universidad a otras experiencias nacionales.
Pero más preocupados en utilizar la elección del rector de la universidad como vidriera política de una representación de la que carecen en términos reales, deficiencia también de sus partidos políticos en la escena nacional, intentan forzar discursos que cada vez los aleja más de la realidad y tienen como costo el riesgo de que la UNLP por lo tanto, tenga una discusión que no hace a sus desafíos de corto y mediano plazo.
Hoy en día, la urbanización que proponen, solo se puede ver en la inversión de militantes en nuestra ciudad, más que en las necesidades de lucha del movimiento estudiantil en esta coyuntura.
Hay que debatir sí con fortaleza, el sentido que adquiere nuestra universidad, el para qué de su existencia, su vinculación con los grandes problemas regionales y nacionales, su compromiso para aportar a la reconstrucción del país en que estamos empeñados como nación. De cómo hacemos para que una universidad publica (solventada con el esfuerzo de los argentinos) tenga dialogo directo y compromiso efectivo con los grandes problemas de la inclusión social y un proyecto soberano. Si solo queda el debate en la composición de su gobierno interno (necesario por cierto) podríamos caer en el autismo social del que la gestión de Aspiazu ha hecho esfuerzos por salir, o en debates que no reconocen un cambio de coyuntura a nivel nacional y latinoamericano; como sí lo hace la mayoría de nuestro pueblo.
Ignacio Galarreta
Responsable del Movimiento Universitario SUR
(Periodismo, Bellas Artes, Exactas, Humanidades, Derecho, Económicas, Naturales)

La Democracia Universitaria en jaque

El proceso de renovación de autoridades que está atravesando la UNLP está siendo marcado por anomalías de orden institucional que veíamos muy lejanas en distintas Universidades Nacionales de nuestro país, con epicentro en la Universidad de Buenos Aires, pero a la cual no somos ajenos. El peligro de la fractura institucional esta en pie y es aquí donde creemos fundamental la unión de los demócratas para consolidar el funcionamiento institucional y que ésta encause en los carriles normales que hacen al funcionamiento de nuestra querida Universidad , dejando de lado a facciones minoritarias que intentan arrogarse la representación de los claustros universitarios , algo que dista mucho de la realidad y que además interpretando de manera amplia la anticultura que sigue siendo la intolerancia en sus diversas formas.
Quienes sostienen la acción directa, la agitación permanente, para lograr por la fuerza inmediata lo que la política, siempre lenta, demora en conseguir, son quienes ponen en peligro a la Universidad Pública.
Actitudes autoritarias, inquisitivas, que creíamos desterradas ocupan hoy un lugar fundamental en el escenario de la Universidad, dejando de lado el vivir y el convivir que hacen a la lógica de la comunidad universitaria.
Pero deberíamos primero decidir cuál es el concepto de democracia y representación al cual cada uno de nosotros adhiere. Para nosotros , la democracia es representativa, las personas electas por el voto de sus pares son las que tienen el derecho y el deber de representar a quienes los eligieron y a los que no los eligieron también. Es esencial hacer un paréntesis aquí, nuestro concepto y el concepto formal de la democracia es la democracia representativa , esto significa que la democracia no es plebiscitaria, no es asamblearia. Más allá de la decisión que cada quien tome, es necesario recalcar la importancia de la democracia representativa, no creemos negociable esta cuestión, no aceptamos que el gobierno de la Universidad pueda ser conducido por asambleas desnaturalizando la democracia representativa, es inadmisible que los órganos de gobierno de la misma tengan que ceder ante la extorsión constante de, “si tengo lo que quiero acepto las reglas de juego existentes al momento de la elección, sino, no sólo no las acepto, las combato” , nos parece inadmisible esta manera irresponsable e intolerante de conducirse.
Es fundamental dentro de democracia universitaria la búsqueda de consensos, el consenso se consigue a través del diálogo, del debate, pero jamás se consigue actuando bajo presión, aquí no se estará encontrando una síntesis sino arrancar una definición por vías que distan del consenso y la síntesis lograda por este.
El consenso se busca siempre, pero para estar dentro de la democracia, base principal para la búsqueda de consensos es menester aceptar las reglas que imponen con anterioridad, las instituciones democráticas, para ser claro, si acepto presentarme a elecciones, sé bajo que reglas estoy, y claro que éstas pueden ser modificadas, pero siempre de manera posterior a la culminación del proceso y aceptando lo hasta allí reglado.
La intolerancia dista mucho del ideal democrático, claro que nosotros no creemos ser los dueños de la verdad, pero la vocación de diálogo y aceptación de reglas básicas, el derecho y el deber de la mayoría de gobernar, el derecho y el deber de la minoría a controlar, criticar y llegar al gobierno en el limpio certamen del sufragio, son reglas que la comunidad universitaria debe tomar como propias y aceptar.
Esta idea inquisitiva que poseen, en la cual si no se está en coincidencia con sus planteos uno pasa a ser el enemigo.
La intolerancia absurda, no contribuye en nada a la construcción, sólo abre las puertas a aquellos que están esperando ver las grietas para ir detrás de intereses que nada tienen que ver con el bien común. Está en nosotros abrirle las puertas o actuar en consecuencia con el sistema institucional, que se basa en la búsqueda de consensos y en la democracia representativa, está en nosotros no dejar esas grietas abiertas para que los enemigos de la Universidad Pública penetren en ella con el pretexto de que es un caos.
El peligro radica en dejar a la Universidad, por la irresponsabilidad de unos pocos, en manos de los sectores mas reaccionarios de la sociedad, o bien actuando en base al diálogo y al funcionamiento democrático, encontrar la síntesis de los cambios necesarios, sosteniendo como principios casi dogmáticos para nosotros, la Universidad pública, gratuita, laica y popular.

FRANJA MORADA RENOVACIÓN (DERECHO)

sábado, 5 de mayo de 2007

ADULP frente a la inminente Asamblea universitaria

El 12 de mayo y luego de un complejo proceso en Universidad fue convocada la Asamblea Universitaria destinada a elegir autoridades para la UNLP. Indiscutiblemente, la realización de esta Asamblea debe constituirse en el objetivo político prioritario para todos los que formamos parte de la UNLP, no solamente por la continuidad del funcionamiento institucional y la garantía de la autonomía universitaria, sino porque hoy es imprescindible comenzar a discutir entre todos un nuevo proyecto de Universidad frente a un modelo que se muestra agotado en sus posibilidades y perspectivas. La Asamblea ineludiblemente debe transformarse en el marco adecuado para comprometer a todos los sectores en un debate sobre cuestiones estructurales de esta institución que exigen una reflexión conjunta, democrática y estratégica. Traicionar este mandato constituiría una frustración más en el largo y sostenido proceso de desprestigio institucional que atraviesa la Universidad pública. A nuestro entender, esta Asamblea constituye el escenario político propicio para avanzar en la elaboración de una agenda que establezca prioridades en el tratamiento y definición de temas que hacen a la democratización de la universidad, donde aparecen como centrales temas tales como la modificación de la forma de elección de autoridades ligada a la determinación de criterios de representación que permitan una mayor participación de todos los que desarrollamos tareas en la universidad; la redefinición de la composición de los claustros, con la creación del un claustro docente único y la discusión acerca de la participación de los graduados externos; la inclusión definitiva de los no docentes en los órganos de cogobierno, el reconocimiento de la ciudadanía plena de todos los docentes con el derecho a elegir y ser elegidos -con el requisito de un año de antigüedad- y la inclusión de la representación de los docentes de los Colegios en el Consejo Superior. También resulta indeispensable resignificar tareas fundacionales de la Universidad como la actividad de Extensión e Investigación: la primera, en tanto forma de articulación con el Estado y la sociedad y de respuesta activa a sus demandas; la segunda, en tanto herramienta fundamental para el desarrollo de los intereses sociales y nacionales. Producir una reforma del Estatuto que sólo atienda a las cuestiones inmediatas, así como repetir un escenario como el de la Universidad de Buenos Aires significaría no mensurar cabalmente que el sentido de de todo este proceso se vincula estrechamente con la necesidad imperiosa de refundar la relación entre la sociedad y la universidad pública en momentos donde ésta debe reafirmar su legitimidad, redefiniendo su sentido y constituyéndose efectivamente como un engranaje fundamental de la estructura de un país soberano.
Asociación de Docentes de la Universidad de La Plata

jueves, 3 de mayo de 2007

Declaración Pública: En el actual contexto de elección de autoridades en la UNLP

Ante la actual situación que atraviesa la Universidad Nacional de La Plata, graduados y docentes de diversas unidades académicas expresamos nuestra preocupación frente al proceso de elección de decanos. Mientras que en facultades como Bellas Artes y Cs. Agrarias hubo consenso entre los tres claustros del Consejo Académico a favor de los puntos presentados por la Federación Universitaria de La Plata para la elección de decanos; en al menos cuatro facultades la misma se llevó adelante mediante procedimientos irregulares y en no pocas ocasiones vergonzosos.
Como graduados y docentes de la UNLP apoyamos públicamente los planteos de democratización que exigen los estudiantes a través de la FULP y nos comprometemos a acompañar esas posiciones. Por ello, ratificamos nuestra postura a favor de una reforma de los estatutos que contemple, entre otros, los siguientes puntos básicos:

1- Que ninguna persona que haya colaborado con la dictadura militar pueda ocupar cargos o cumplir funciones de ningún tipo en la UNLP
2- La democratización de la Universidad Nacional de La Plata mediante la creación de un claustro único docente; una mayor representación del claustro estudiantil y la incorporación de los no docentes con voz y voto en el cogobierno de la Universidad
3- Democratización del gobierno de los Colegios dependientes de la Universidad
4- Eliminación de todos aquellos mecanismos que tengan por objeto restringir el ingreso, la permanencia y el egreso de las carreras de la UNLP
5- Responsabilidad exclusiva del Estado en el financiamiento de la educación y la prohibición expresa de cualquier tipo de arancel o “financiamiento alternativo”

Expresamos también nuestro repudio a la forma en que se eligieron decanos en la Facultad de Cs. Médicas (sin los representantes estudiantiles ni la minoría docente) y en la Facultad de Ingeniería (sin la mayoría estudiantil ni el claustro de graduados); así como las irregularidades en las facultades de Periodismo y Arquitectura.
CONVOCAMOS A LA MARCHA UNIVERSITARIA DEL DÍA 3 DE MAYO A LAS 12:00 hs.
NOS CONCENTRAMOS EN LA FACULTAD DE MEDICINA

Frente de Graduados y Docentes de la UNLP
Facultad de Cs. Médicas
Facultad de Bellas Artes
Facultad de Cs. Exactas
Facultad de Humanidades y Cs. De la Educación
Facultad de Periodismo
Facultad de Trabajo Social
Ciencias Agrarias y Forestales

miércoles, 2 de mayo de 2007

Apuntes de ADUNC sobre la Reforma Política de la UNCo.

‘Los dolores que nos quedan son las libertades que nos faltan. Creemos no equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advierten, estamos pisando una revolución, estamos viviendo una hora Americana. La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta porque era necesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarrevolucionarios de Mayo. (...)
La Universidad ha sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y, lo que es peor aún, el lugar donde todas las formas de tiranizar encontraron la cátedra que las dictara.’
Deodoro Roca
Las políticas de destrucción de la universidad publica que tuvieron en el gobierno menemista su máxima expresión, que continuaron con los gobiernos posteriores y que aún perduran en lo esencial, introdujeron transformaciones que dejaron marcas profundas en la universidad argentina. Estas políticas, además del ahogo presupuestario y salarios miserables, se expresaron en su esencia en la Ley de Educación Superior cuyo alma mater es su sistema de evaluación y acreditación. Han sido los gremios docentes, y el movimiento estudiantil, quienes cargaron sobre sus espaldas la lucha contra estas políticas. Los órganos de cogobierno en las universidades fueron en su mayoría complacientes, cuando no directamente polea de transmisión de esas políticas. Estos órganos de gobierno están conformados centralmente sobre la base de la concentración del poder en una minoría de los docentes, los profesores. Por ello, democratizar los órganos de gobierno con el claustro único docente y la ampliación de la representación estudiantil se constituye en una condición necesaria más no suficiente para avanzar en una genuina democratización de la universidad. Los estudiantes, parte del profesorado y muchos otros miembros de la comunidad universitaria, sabemos que en la idea misma de democracia insustantiva no hay lugar para la plenitud del contenido humano concreto, para el desarrollo de vínculos comunitarios auténticos, ya que las formas actuales de representación sólo promueven vínculos formales entre individuos abstractos. ¿Acaso alguien en la UNCo puede afirmar, hoy, la existencia de una comunidad universitaria en la que se cultiven vínculos cooperativos, fraternales y solidarios entre sus miembros? Cuando nos referimos a la democratización apelamos a una serie de principios tendientes a:
· La recuperación de las prácticas académicas y políticas que potencien el pluralismo de ideas, el pensamiento crítico y el respeto por las diferencias.
· Promover el debate abierto horizontal y transparente como la forma mas potente para luchar contra las ya cristalizadas componendas entre grupos con intereses corporativos o sectoriales.
· Garantizar el derecho a estudiar en la universidad de centenares de miles de jóvenes que hoy no tienen acceso a ella.
· Poner a la investigación y la extensión al servicio de la solución de los problemas de la mayoría de nuestro pueblo y del desarrollo autónomo de nuestro país.
· Que la enseñanza tenga como propósito central la formación de profesionales-ciudadanos comprometidos la sociedad a la que se deben. En este camino desde ADUNC, con un conjunto de consejeros de diferentes claustros, promovimos la realización de las asambleas universitarias de los años 2002 y 2003. El propósito, estaba ya entonces claro, era el de avanzar en el proceso de democratización. Estas asambleas fueron truncadas con la intención de impedir las reformas estatutarias que concretaran la creación del claustro único docente. Los reclamos por claustro único que intentaron acallarse, no sólo se mantuvieron vivos si no que se potenciaron, e hicieron eclosión en el 2006, con los requerimientos estudiantiles por el aumento de la representación de ese claustro en los órganos de gobierno. Esto es lo que se expresó en el marco del proceso de renovación de autoridades en la UNCo: un nuevo intento para que los grupos enquistados en el poder escucharan “la invitación al debate”, invitación que fue frustrada en reiteradas oportunidades y que ocultaba los verdaderos motivos de la crisis institucional. En ese marco, ADUNC, la FUC y sectores no docentes, desarrollamos y participamos de una serie de acciones tendientes a construir una alternativa que encausara esos requerimientos -entre ellas cabe resaltar: las Jornadas: “Por un espacio de discusión ante la crisis político institucional de la UNCo”, Asambleas Interclaustros, Encuentros de Debate de Asambleístas, debates públicos, etc...- donde quedaron en evidencia aquellos que estábamos dispuestos a avanzar en la democratización y quienes entendemos se empecinan, aún hoy, en no resignar ni un ápice su cuota de poder. Transcurrido un año de la eclosión de la crisis político institucional no podemos decir que se hayan dado pasos certeros en pos de la construcción de alternativas que canalicen los reclamos de democratización. Muestra de esto, es la propuesta de “nueva conformación de los Consejos Directivos” que han presentado a modo de “borrador” diferentes representantes de la “autodenominada mayoría”, a saber:
· Docentes: 9 miembros (50%) (profesores: mínimo 5, máximo 6; Auxiliares: mínimo 3, máximo 4)
· Estudiantes: 4 miembros (22.22 %)
· No docentes: 4 miembros (22.22%)
· Graduados externos: 1 miembro. (5.5%)
Pareciera con esto que no escucharon, no entendieron, o no están dispuestos a contribuir seriamente en la construcción de una alternativa que, toda vez que contemple los reclamos planteados, permita reencausar la institucionalidad de la UNCo. ¿Por qué sostenemos esto? En primer lugar lo que aquí se plantea como claustro único, legitima la discriminación histórica hacia el segmento de auxiliares ya que, si bien son incluidos en la representación, siendo la mayoría del personal docente se los incorpora en una cuota minoritaria. Esta es una nueva negación, de la igualdad de derechos políticos de la totalidad de los docentes, más allá del cargo que por escalafón se desempeña. En síntesis, plantean estar “juntos pero no revueltos”.Recordemos que en nuestra propuesta de claustro único, se plantea la ciudadanía plena, que se expresa en padrones únicos y representación única, sin discriminación por segmentos de la carrera docente (profesores y auxiliares). Si coincidimos en que la tarea central de la institución es aquella que realizamos los docentes (docencia, investigación y extensión) -y que la definición de los claustros está vinculada a las diferentes corporaciones que componen la comunidad universitaria- no hay nada que justifique la discriminación, sea esta concretada por la exclusión o la integración minoritaria.En segundo lugar, cuando los estudiantes plantean el aumento de su representación, es de entender que esto se exprese en términos absolutos (cantidad de integrantes) y en términos relativos (en relación a los porcentajes del resto de los claustros). Debe quedar claro que, de lo que se trata, es de achicar la brecha de la diferencia entre los docentes y los estudiantes, no de éstos con los graduados externos. Hablemos claro. La crisis que vive la universidad argentina, que se ha expresado de manera palmaria en nuestra universidad, tiene como núcleo central el cuestionamiento a la concentración de poder que detenta un sector minoritario de los docentes (los profesores). Justamente esto, es lo que se ha puesto en cuestión y, lo que tiene que concretarse en cualquier reforma del estatuto, que pretenda constituirse en un avance genuino en el camino de la democratización, tan declamada y tan reclamada.
COMISIÓN DIRECTIVA DE ADUNC Viernes 27 de abril de 2007