El presidente Azpiazu reiteró el reclamo de la comunidad universitaria por la aparición con vida del testigo clave en el juicio contra Miguel Etchecolatz
"El próximo martes 18 de septiembre se cumple un año de la desaparición de Jorge Julio López, cuyo testimonio durante al juicio al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz resultó clave para que este fuera condenado a reclusión perpetua.Este hecho nos lleva a realizar una serie de reflexiones:El proceso al ex comisario tuvo características históricas. En primer lugar, porque fue el segundo realizado luego de la anulación de las llamadas leyes de impunidad - Obediencia debida y Punto Final- y de declaración de inconstitucionalidad de las mismas y, el primero de estas características celebrado en La Plata. En segundo lugar, porque Miguel Etchecolatz no sólo fue condenado por los homicidios calificados de seis personas -además de dos hechos de secuestro y torturas-, sino que el Tribunal Federal Oral Nº 1 de la Plata estableció que estos delitos habían sido cometidos "en el marco del genocidio cometido en la Argentina entre los años 1976 y 1983", estableciendo que los actos del ex Director General de Investigaciones de la Policía bonaerense formaban parte de un plan de exterminio sistemático. En tercer lugar, es un hecho especialmente importante para nosotros, porque varias de las víctimas de este genocida formaron parte de nuestra comunidad universitaria.Lamentablemente, en el momento en que iban a ser leídos los alegatos de dicho proceso también se conoció la desaparición de Jorge Julio López.A partir de allí se recrudecieron las intimidaciones y amenazas a actores fundamentales en estos procesos entre los que cabe mencionar, a los jueces del tribunal, fiscales, abogados, testigos y querellantes de las causas contra los represores.También los miembros de esta Casa de Alto Estudios fueron amenazados, entre ellos la Presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y Doctora Honoris Causa de la UNLP Estela Barnes de Carlotto, así como estudiantes Bellas Artes, Periodismo y Trabajo Social, entre otras.Asimismo en el período, fue dañado el monumento en memoria de los detenidos-desaparecidos y asesinados víctimas del terrorismo de estado de la UNLP, ubicado en los jardines del frente del edifico de la presidencia y, una cruz esvástica fue pintada sobre las placas de homenaje a los desaparecidos del Jardín de la Memoria, de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales.Pese a estas acciones intimidatorias, la comunidad reafirmó su compromiso con la verdad y la justicia, lo que se expresa en el avance del proceso contra el ex capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Von Wernich.Un año después de la desaparición de López, la Universidad debe resaltar la gravedad de este hecho, reiterar su enérgico reclamo por su aparición con vida y exigir se arbitren los medios necesarios para que estos hechos y las restantes intimidaciones no queden impunes.Asimismo, corresponde manifestar nuevamente el apoyo incondicional a las acciones judiciales tendientes a obtener la condena de los autores de los crímenes de lesa humanidad entre los cuales se cuentan más de 700 miembros de nuestra comunidad universitaria."
"El próximo martes 18 de septiembre se cumple un año de la desaparición de Jorge Julio López, cuyo testimonio durante al juicio al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz resultó clave para que este fuera condenado a reclusión perpetua.Este hecho nos lleva a realizar una serie de reflexiones:El proceso al ex comisario tuvo características históricas. En primer lugar, porque fue el segundo realizado luego de la anulación de las llamadas leyes de impunidad - Obediencia debida y Punto Final- y de declaración de inconstitucionalidad de las mismas y, el primero de estas características celebrado en La Plata. En segundo lugar, porque Miguel Etchecolatz no sólo fue condenado por los homicidios calificados de seis personas -además de dos hechos de secuestro y torturas-, sino que el Tribunal Federal Oral Nº 1 de la Plata estableció que estos delitos habían sido cometidos "en el marco del genocidio cometido en la Argentina entre los años 1976 y 1983", estableciendo que los actos del ex Director General de Investigaciones de la Policía bonaerense formaban parte de un plan de exterminio sistemático. En tercer lugar, es un hecho especialmente importante para nosotros, porque varias de las víctimas de este genocida formaron parte de nuestra comunidad universitaria.Lamentablemente, en el momento en que iban a ser leídos los alegatos de dicho proceso también se conoció la desaparición de Jorge Julio López.A partir de allí se recrudecieron las intimidaciones y amenazas a actores fundamentales en estos procesos entre los que cabe mencionar, a los jueces del tribunal, fiscales, abogados, testigos y querellantes de las causas contra los represores.También los miembros de esta Casa de Alto Estudios fueron amenazados, entre ellos la Presidenta de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo y Doctora Honoris Causa de la UNLP Estela Barnes de Carlotto, así como estudiantes Bellas Artes, Periodismo y Trabajo Social, entre otras.Asimismo en el período, fue dañado el monumento en memoria de los detenidos-desaparecidos y asesinados víctimas del terrorismo de estado de la UNLP, ubicado en los jardines del frente del edifico de la presidencia y, una cruz esvástica fue pintada sobre las placas de homenaje a los desaparecidos del Jardín de la Memoria, de la Facultad de Ciencias Agrarias y Forestales.Pese a estas acciones intimidatorias, la comunidad reafirmó su compromiso con la verdad y la justicia, lo que se expresa en el avance del proceso contra el ex capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, Cristian Von Wernich.Un año después de la desaparición de López, la Universidad debe resaltar la gravedad de este hecho, reiterar su enérgico reclamo por su aparición con vida y exigir se arbitren los medios necesarios para que estos hechos y las restantes intimidaciones no queden impunes.Asimismo, corresponde manifestar nuevamente el apoyo incondicional a las acciones judiciales tendientes a obtener la condena de los autores de los crímenes de lesa humanidad entre los cuales se cuentan más de 700 miembros de nuestra comunidad universitaria."
Gustavo Adolfo Azpiazu, presidente de la Universidad Nacional de La Plata
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