Este “golpe de los excluidos”, este alzamiento de los obreros, los estudiantes, los profesionales y los pequeños y medianos empresarios industriales, vino a dar por tierra la utopía de la aristocracia financiera y de las empresas multinacionales de destruir el tejido productivo y social nacional, destruir el entramado de organizaciones que lo sostenía, e imponer su proyecto privatista y excluyente mediante el disciplinamiento del pueblo través de la represión en manos de la dictadura militar de Onganía y Krieger Vasena.
Las huelgas políticas de masas de 1969 nos enseñan que la alianza estratégica para llevar adelante un proceso de transformación nacional y social en la Argentina es entre el movimiento obrero y el movimiento estudiantil, en conjunto con los trabajadores profesionales y técnicos, ocupados y desocupados, el pequeño y mediano empresariado nacional, el cooperativismo, los pequeños productores.
Esta alianza estratégica del movimiento obrero y el movimiento estudiantil, y ese sujeto histórico sintetizado como pueblo, derrotó las represiones y provocaciones del régimen que tuvo entre sus páginas más oscuras el asesinato del estudiante Cabral en Corrientes y del estudiante-obrero Bello en Rosario.
A las provocaciones para dividir al pueblo, para que ciertos sectores tomen los caminos fáciles, para exaltar cierto vanguardismo infantil que rompe con los tiempos de las mayorías, el pueblo respondió con unidad, organización, solidaridad, inteligencia y lucha.
Esto permitió responder a la represión y a la provocación de la dictadura en función de los intereses de los grandes grupos económicos concentrados, con una gesta histórica que retomó el camino de la construcción del proyecto nacional, popular y latinoamericano y recreó una nueva síntesis histórica, terminando con la proscripción, la dictadura de la aristocracia financiera y los planes de “modernización excluyente”.
En esta nueva oportunidad histórica que vivimos, en esta nueva hora americana, es central reconstruir la alianza estratégica movimiento obrero-movimiento estudiantil, y profundizar los grados de organización popular hacia la conformación de una nueva síntesis histórica.
Sólo de esta manera podremos profundizar el proceso de transformación nacional popular y latinoamericano, defender las conquistas que obtuvimos a los largo de estos años de lucha, retomar banderas olvidadas y derechos sociales aplastados a partir de la dictadura de 1976 y la destrucción de los 90’, y hacer frente a las provocaciones y operaciones de los que quieren dividirnos para llevarnos nuevamente al proyecto de la miseria, la pobreza y la exclusión.
Sec. de Relaciones Internacionales de la FUA Sec. de Extensión de la OCLAEMILES
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